Aunque parezca que duermen todo el día, los gatos no son perezosos: son eficientes. Su rutina de descanso tiene una base biológica muy interesante y conocerla puede ayudarte a comprender mejor su comportamiento. En este artículo, exploramos la ciencia detrás de las siestas gatunas y cómo adaptar su entorno para que ese descanso sea de calidad (sí, incluso el arenero influye).
Los gatos duermen entre 12 y 16 horas diarias, y algunos incluso alcanzan las 20. ¿La razón? Su fisiología está diseñada para conservar energía entre momentos breves pero intensos de actividad. Son depredadores por instinto, y su cuerpo prioriza el descanso para estar listos cuando llegue la "caza" (aunque hoy sea una croqueta).
Sueño ligero y profundo
El sueño felino se divide en dos fases:
- Sueño ligero (75%): el gato parece dormido pero está alerta.
- Sueño profundo (25%): es donde sueñan y se recuperan físicamente.
Verlos mover las patitas mientras duermen no es casualidad: están soñando con sus aventuras felinas.
Un espacio seguro, un sueño de calidad
Los gatos necesitan sentirse seguros para dormir profundamente. Esto incluye elegir lugares cálidos, tranquilos, elevados o escondidos. Pero también influye el ambiente general del hogar, incluyendo el arenero: olores fuertes o residuos pueden alterar su sensación de bienestar.
Elegir un sustituto de arena para gatos como los pellets de madera, libres de polvo y olores artificiales, puede mejorar su confort general. En Vica Delicias promovemos soluciones que cuidan tanto el descanso como la salud de tu gato, como nuestra línea de arena biodegradable para gatos.
Dormir no es igual a aburrimiento
Mucha gente cree que si su gato duerme mucho es porque está aburrido. Pero en realidad, está actuando conforme a su naturaleza. Sin embargo, si estás notando que duerme más de lo normal, sin jugar ni comer, podría ser señal de algo médico.
Mientras tanto, déjalo dormir tranquilo y proporciónale un ambiente que lo invite a descansar con comodidad.
En resumen: un gato que duerme bien, es un gato feliz
Dale un espacio cálido, silencioso, limpio y libre de estímulos estresantes. Una cama suave, algo de sol por la ventana y una arena que no irrite su nariz ni sus patas pueden hacer la diferencia.
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