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Alfalfa en pellets en respuesta a desafíos de sistemas intensivos

Los productores intensivos enfrentan retos crecientes: desperdicio de alimento, control nutricional, falta de espacio y presión por eficiencia. La alfalfa en pellets no es solo una fuente de forraje; es una solución técnica que responde a esas necesidades con precisión, rentabilidad y facilidad de manejo. Aquí abordaremos cómo este formato puede marcar la diferencia real en la productividad diaria de establos y feedlots.

Animales de sistemas intensivos de ganadería alimentándose de alfalfa en pellets como solución a los desafíos de producción.

 

Los ganaderos en sistemas intensivos enfrentan múltiples desafíos: control nutricional, reducción de pérdidas, falta de espacio y presión constante por mejorar resultados con menos recursos. La alfalfa en pellets ofrece soluciones concretas a estos problemas cotidianos, optimizando tanto la productividad animal como la eficiencia operativa.


Manejo preciso del alimento: menos desperdicio, mayor control

En corrales, establos o galpones, el desperdicio de forraje representa una pérdida económica diaria. El heno suelto puede pisarse, ensuciarse o no consumirse en su totalidad. En contraste, los pellets de alfalfa permiten:

  • Raciones precisas por animal.
  • Menor pérdida por manipulación.
  • Más orden y limpieza en los comederos.

Este tipo de alfalfa peletizada se adapta perfectamente a tolvas, dosificadores automáticos y sistemas manuales, mejorando el manejo en instalaciones con personal limitado.

 

Nutrición constante, sin variabilidad entre lotes

Una de las frustraciones más comunes en sistemas intensivos es la variación en la calidad del forraje. Cambios de clima, corte o almacenamiento afectan la composición de la alfalfa seca, generando inconsistencias en la dieta.

La alfalfa en pellets resuelve esto al:

Este control reduce riesgos digestivos, optimiza la nutrición animal con alfalfa y facilita ajustes técnicos según etapa productiva.

 

Ahorro de espacio y logística eficiente

El volumen y manipulación del heno tradicional es una limitante en espacios reducidos. En cambio, los pellets:

  • Ocupan hasta un 60% menos espacio que el forraje suelto.
  • Son apilables, transportables en sacos o a granel.
  • Requieren menos infraestructura para almacenaje.

Esto es clave en sistemas intensivos donde cada metro cuadrado cuenta.

 

Salud animal y control sanitario

La alfalfa en pellets se procesa a alta temperatura, lo que reduce la presencia de hongos, polvo y contaminantes. A diferencia del forraje mal almacenado, este producto es:

  • Más higiénico.
  • Menos propenso a generar alergias respiratorias.
  • Estable frente a condiciones ambientales extremas.

Esta limpieza contribuye a la salud general del animal y reduce el riesgo de pérdidas por enfermedades asociadas al alimento.

 

Eficiencia productiva con menos recursos

Cada vez más productores enfrentan la presión de obtener mejores resultados con menos mano de obra, tiempo e insumos. La alfalfa en pellets responde a esta realidad al:

  • Ahorrar tiempo en el reparto de raciones.
  • Requerir menos mantenimiento de comederos.
  • Mejorar la conversión alimenticia (kg de alimento/kg de producción).

Su incorporación a esquemas de alimento balanceado para ganado permite una formulación flexible y adaptada a distintas especies.

 

Más que un forraje, una herramienta estratégica en sistemas intensivos

La alfalfa en pellets no es solo un forraje moderno; es una herramienta estratégica para resolver problemáticas reales en los sistemas intensivos. Reduce desperdicio, asegura nutrición constante, ahorra espacio y mejora el control en la alimentación.

 

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